La ceremonia se realizó en el sector de vialidad, y fue presidida por el director ejecutivo de la Fundación de Cultura de San Pedro de Atacama, Rubén Reyes Aymani, destacado por su aporte a las tradiciones y costumbres del territorio.
El Challaco, consistió en bautizar a todos los vehículos nuevos y un camión limpia fosas adquirido con recursos del Fondo Nacional de Desarrollo (FNDR). Se pidió a Dios y a la Madre Tierra o Patta Hoiri, que este año sea próspero y no falte el trabajo y deseos de cada persona. Entre challa, serpentina, se pidió para que cada automóvil tenga un buen funcionamiento y por la protección a los conductores.
Esta bella tradición es poder agradecer, el challar es la fertilidad, en agosto se hace el pago de la tierra, donde la tierra se abre y recibe todas las ofrendas que podemos entregar a nuestra madre santa tierra, para que nos pueda entregar los buenos productos, buenas producciones, donde se obtenga buenas cosechas entonces en este periodo de Challa de carnaval, todo se challa lo que entregará la tierra fértil.
“El alcalde, nos pidió que pudiéramos realizar esta ceremonia en conjunto con todos los representantes de cada una de las áreas de la Municipalidad, reunirnos para dar gracias y para pedir lo mejor que pueda hacerse para el bien de la comunidad”, expresó el director ejecutivo de la Fundación de Cultura de San Pedro de Atacama, Rubén Reyes Aymani.
El Alcalde Justo Zuleta Santander, expresó que “debemos ser agradecidos de las tradiciones y seguir con más fuerza, ya que esto significa dar gracias por nuestro trabajo, por los frutos que nos ha entregado la tierra de nuestra comuna”.
Todos los años se celebra el carnaval siete semanas antes del Viernes Santo. Esta festividad se vive con alegría, música y variados bailes. Tradicionalmente se divide en dos tiempos “el Ayayay” y el “Illauca” que se distinguen por un ritmo y melodía diferentes. El Ayayay representa la alegría y todos juegan con harina, los hombres challan la cara de las mujeres y las mujeres la cara de los hombres. Desde el martes a las doce de la noche comienza el Illauca, indicador de que el carnaval está por terminar y donde cambia el ritmo de la música y la harina es reemplazada por la uva.