La Agrupación Bordadoras de Solor, conformada en 2010, se ha dedicado a la conservación del patrimonio cultural del pueblo atacameño a través de la creación de piezas textiles únicas. Este colectivo de mujeres bordadoras ha logrado transformar el arte del bordado en un verdadero puente entre la memoria y las emociones, plasmando en cada obra los paisajes, festividades religiosas y personajes de la cultura andina.

La exposición “Bordados de memoria”, que se exhibe hasta el 4 de noviembre en el Centro de Extensión Oriente UC, reúne 34 trabajos que reflejan la riqueza cultural de la zona. Las obras destacan por su detallado trabajo manual, con representaciones que van desde la Fiesta de San Lucas, hasta el altar de la Virgen del Carmen y la cofradía de Tirikus, símbolos que representan la profunda conexión de los atacameños con su herencia cultural.

Esmeralda Ramos, gestora de la agrupación y bordadora destacada, ha jugado un papel clave en la preservación de este arte. “Cada puntada es un acto de memoria, un relato de nuestras tradiciones”, comentó Ramos. Las bordadoras, a través de su técnica, han logrado convertir el bordado en una forma de expresión artística que no solo embellece, sino que además cuenta la historia viva de un pueblo.

Además de la belleza visual de las piezas, la exposición busca ser un espacio para reflexionar sobre la importancia de la preservación de las tradiciones culturales, especialmente en tiempos de cambios. Las Bordadoras de Solor han hecho de cada creación un legado que permite que las nuevas generaciones sigan conectadas con sus raíces a través del arte.

Esta muestra es un reconocimiento al valor de la memoria colectiva y al rol fundamental que las mujeres de la comunidad juegan en la transmisión del patrimonio intangible.

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