Publicado el 19 agosto, 2025
El poblado andino celebró el 16 de agosto a su santo patrono con una misa y peregrinación encabezada por el obispo, donde la comunidad participó activamente. La Junta de Vecinos de Peine fue distinguida como alférez de la festividad
La localidad de Peine vivió este 16 de agosto una de sus celebraciones más significativas: la fiesta en honor a San Roque, patrono del poblado. La jornada estuvo marcada por la fe, la devoción y la tradición, reuniendo a decenas de familias que llegaron hasta la iglesia del lugar para participar de la eucaristía y la posterior peregrinación.
La misa central fue presidida por el obispo Tomás Carrasco Cortés quien destacó el valor de mantener vivas las expresiones religiosas en las comunidades del interior. En su homilía, llamó a los presentes a fortalecer la unidad, la solidaridad y la esperanza en medio de los desafíos actuales.
Tras la ceremonia litúrgica, los fieles acompañaron en procesión la imagen de San Roque por las principales calles del pueblo. Con cánticos, oraciones y música tradicional, la comunidad renovó su compromiso con la fe y su identidad cultural.
La Junta de Vecinos como alférez
Este año, el honor de ser alférez de la festividad recayó en la Junta de Vecinos de Peine, quienes asumieron con entusiasmo la tarea de preparar los detalles de la conmemoración. Su compromiso se reflejó en la organización de las actividades religiosas y comunitarias, así como en la acogida brindada a los visitantes que llegaron a compartir la fiesta.
Para los habitantes, esta designación simboliza el reconocimiento al trabajo colectivo de la comunidad, que ha sabido mantener vivas sus tradiciones y transmitirlas a las nuevas generaciones.
Una fiesta de identidad y fe
La celebración de San Roque en Peine no solo es un espacio de encuentro religioso, sino también un momento para reafirmar la identidad cultural del pueblo. Con el paisaje del desierto y la cordillera como telón de fondo, la comunidad se reunió en torno a su patrono, en un gesto que refuerza la pertenencia y la continuidad de una tradición centenaria.
Al caer la tarde, entre rezos y cantos, la fiesta concluyó con un ambiente de fraternidad y gratitud, dejando una vez más en evidencia que la devoción a San Roque sigue siendo un pilar espiritual para el pueblo de Peine.
